lunes, 29 de diciembre de 2008

With a little help from…

What would you think if I sang out of tune,
Would you stand up and walk out on me.
Lend me your ears and I'll sing you a song,
And I'll try not to sing out of key.
Oh I get by with a little help from my friends,
I get high with a little help from my friends,
Oh I'm gonna try with a little help from my friends.


 

Creo que no soy buena en eso de pedir ayuda, o quizá tengo el concepto completamente equivocado en mi mente. Hay un punto cuando fui creciendo (supongo que esto le pasa a todos) que el pedirle a mí madre que me haga la cena o el desayuno me pareció un abuso: yo era completamente capaz de hacerla por mi cuenta, no necesitaba su ayuda. Siguiendo el mismo curso, me fui encargando de las cosas que me fui considerando capaz de hacer. Así pedir que otra persona haga algo que yo puedo hacer me parece un abuso, por ejemplo, no estoy cómoda cuando veo los chicos que le cargan la mochila a sus novias cuando ellas no están ni ocupadas ni sobrecargadas.


 

Es raro que quiera hacer lo imposible, soy perfectamente capaz de hacer las cosas que pretendo sin tener que pedir ayuda, pero hay ciertos asuntos que no involucran lo que quiero o lo que pretendo, a veces son accidentes (un ciclista que me atropelló), a veces son situaciones particulares (tener cosas que hacer en dos sitios a la vez), y a veces son las tan habladas "malas rachas". Me encuentro así frente a la necesidad de pedir ayuda.


 

Estas últimas semanas debido a un accidente, un ciclista me atropelló, no he podido prácticamente separarme de mi madre, para decirles que hasta para salir de la ducha la he necesitado. Estos momentos en los que las cosas tan sencillas como bañarme, ir por agua a la cocina o contestar el teléfono son actividades no tan sencillas para mí, han sido desesperantes, porque finalmente tengo que recurrir a la ayuda de otra persona. Tengo entonces la sensación de que estoy abusando: le quito tanto tiempo a mi madre, la hago caminar de más, argh me molesta. Pero finalmente mi madre no me ha expresado las dificultades que le provoca el estar ayudándome. Creo entonces que el ayudar no es cuestión de ego, ni de sacrificios para demostrar algo, es simplemente cuestión de hacer la vida más fácil a las otras personas.


 

Hace ya unos meses tenía cosas que hacer al mismo tiempo en dos ciudades diferentes, en una tenía que hacer un papeleo legal y en la otra mis actividades diarias: era imposible realizar ambas; recurrí entonces con anticipación a la ayuda de personas cercanas y conocedoras de esta situación mía. Sin dudarlo me apoyaron y me fui tranquila y confiada a realizar el dichoso papeleo. Fue un viaje rápido pero muy tranquilo en que estuve feliz viéndome completamente capaz de realizar todas las cosas que quería y deseaba a pesar de las dificultades espaciales. ¿Cuál fue mi sorpresa al regresar? Ninguna de las personas a las que recurrí me apoyó, ese maravilloso sentimiento que me hizo sentirme completa, fuerte y capaz de vivir como yo quería vivir fue asesinado. Creo entonces que el ayudar necesita honestidad, primero al ser honestos de que no se espera nada a cambio (ayudar no es hacer un favor), y segundo ser honestos al asegurar ser capaces de aportar la ayuda.


 

Los dos puntos que he manejado sobre el ayudar finalmente se complementan: ayudar es ser sincero y frecuentemente aportar la ayuda, ayuda más a la persona que el objeto mismo de la ayuda.


 

Pedir ayuda, eso es otro asunto que no domino en lo absoluto, y me siento incapaz de hablar, si ustedes son capaces comenten.


 

.

1 comentario:

  1. A esta entrada, bueno a este tema, ya le hemos dado muchas vueltas tú, yo y mi teléfono así que creo que sabes lo que pienso, por lo que me ahorro las cuartillas de comentarios.

    Jo, este "grito" no es para decir porqué no voy a comentar, sino para decirte que me gustó eso de que dar ayuda no es hacer un favor. También creo que pedir ayuda es una manera de poder ser realmente independiente, por contradictorio que se escuche.

    ResponderEliminar